La tragedia de Andrómaca –una guerra- un genocidio
No es por casualidad que la mirada de Pirro se perturba cuando se posa en su cautiva…
No es por casualidad que en Andrómaca, Racine se toma ciertas libertades ante la Historia y hace vivir a Astianacte unos cuantos años más. Es a través de él que pasa la futura paternidad de Pirro, “el proyecto” que le ha inspirado su amor por la viuda de Héctor: fundar su propia dinastía, la dinastía que unirá a los vencedores con los vencidos. Utopía redentora que sucede al genocidio de Troya, nueva visión del mundo con la que Pirro enfrenta y supera la herencia de su padre Aquiles, en la que Hermione no tiene un lugar.

Vemos cómo nace en Hermione, a lo largo de este día en el que su amor y su orgullo han sido abiertamente deshonrados, la esencia del asesinato. Fracturada, después de un año de incertidumbres, Hermione se romperá “en vivo” no sin intentar destruir- en un arrebato digno de un “desperado” a los que se atraviesan en el camino de su sufrimiento. Igualmente de “desperado” podemos tildar a su primo hermano Orestes, el hombre que duda. Este príncipe negro que le grita sus interrogaciones al mundo y su amor obsesivo por Hermione, en una búsqueda tan inaccesible como la de Pirro, el sueño de la unión con la hermana…
Andrómaca, después de la muerte de Héctor, ha tomado por la fuerza de los hechos el estatus de padre de Astianacte. El hecho de que ella este dispuesta a trasmitirlo a Pirro al precio del sacrificio –del aniquilamiento- de su cuerpo es revelador del combate ambiguo, retenido, secreto que la une al guerrero del saqueo de Troya…

Andrómaca es con certeza uno de los personajes de Racine en el que “el cuerpo, el alma y la sombra” se libran la más sutil batalla…